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Mientras que Blancanieves parecía ser el "manual de la buena esposa", Pinocho es el "manual del buen chikillo", aunque más ida de flapa. De nuevo, tenemos un Disney fardando de su habilidad técnica, con animaciones fluidas y complejas, donde yo destacaría los relojes de cuco y ese viaje submarino a puro pedrolo. Diría que aquí se abraza más un sentido cartoon que en "Blancanieves", tal vez porque a excepción del hada (¿y el pez?), no hay personajes femeninos con ese estilo casi rotoscopiado que tanto desentona con los que están altamente caricaturizados (¡que aquí hay hasta furros!). Geppetto es un viejito afable, un poco cabrón con su gato, con un don prodigioso para la artesanía. Luego tenemos a Pepito Grillo, literalmente un grillo vagabundo okupa con modales de caballero, que por cuestiones random del destino, le hacen cargo de un niño de madera tonto como un alcornoque (aunque tampoco es que Pepito sea mucho más espabilado). Y luego pues ya está Pinocho, el prota, que no deja de ser un niño que acaba de nacer y le falta mucha calle. Como antagonistas tenemos a los rufianes de Gedeón y el Honrado Juan (los furros), que lían a Pinocho en todos los fregaos; err gitano marionetista Strómboli, que peca de malvado cuando podría haber tenido a Pinocho bailando tan contento de free; el puto loco del Cochero, que al principio parece un pederasta y al final solo resulta ser un esclavista; y la ballena-monstruo, si es que la queremos contar, porque vale que es icónica, pero está un poco de pegote ahí al final. Creo que a la peli se le podría sacar un análisis bastante jugoso desde una perspectiva proletaria, pero hay demasiados elementos dispares como para concluir con un mensaje nítido en esa dirección. La moraleja es obvia: pórtate bien, ve a la escuela, no te dejes liar por "mala gente", los gitanos (y la gente del espectáculo o marginal) son malos, no te drogues, sacrifica tu vida matando a una ballena para hacerte valer como un niño de verdad... Y en todo eso, casi siempre, hay de manera velada un tinte de pobreza y miseria que no tengo claro si es temático o estético; ese valor de rectitud, de tener que estudiar para no acabar siendo un "burro" que pierde el tiempo divirtiéndose en la Isla de los Juegos, rompiendo cosas (¿la antítesis de Geppetto que las construye?), bebiendo y fumando, y que será esclavizado porque el mundo es hostil y sin una buena conciencia estarás pedido... Esa meritocracia extraña, intrínseca en la tarea de Pepito Grillo (que insisto, lo hace fatal xdd) o en la propia existencia de Pinocho (con Geppetto al crearlo y él al convertirse en niño de verdad). No sé, es que me parece un pifostio. Con lo que me descojono es con el hada, que se aburría un jueves por la tarde y dice "mira, le voy a dar vida a este moñeco a ver que pasa", y hasta que no ve al chikillo inmolarse, no se queda tranquila.